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23. Autoprotección después de pasar por una sesión de liberación espiritual

 

Después de una sesión de liberación espiritual la persona es ella misma en estado puro y tiene su campo energético limpio, pero existe la posibilidad de que sea atacada por nuevos seres espirituales que harán lo posible para llevarla a situaciones que la desestabilicen emocionalmente intentando provocar cualquier tipo de sensación emocional negativa (estrés, rabia, confusión mental, etc.). Con la desestabilización emocional, las defensas energéticas de la persona se debilitan y los entes pueden poseerla nuevamente.

 

Por ejemplo, es posible que los entes que acompañan a personas cercanas a uno se den cuenta de que estamos libres y las induzcan a hacer o decir cosas que nos perturben.

 

Por todo ello, es aconsejable que después de una primera sesión de liberación espiritual les concedamos importancia a las siguientes consideraciones: 

23.1. Recuperación orgánica y psicológica

 

Cuando seres espirituales acompañan a una persona durante un tiempo prolongado van deteriorando su organismo a todos los niveles, pero atacan principalmente el sistema nervioso. De ese modo, siendo esta liberada necesitará de un cierto tiempo para que su organismo se regenere totalmente, lo que puede variar en cada caso dependiendo del tipo de agresión y de la naturaleza particular de la persona.

Los cuidados más básicos a realizar tras la liberación son una alimentación saludable, suficiente y placentera, dormir bien e idealmente practicar algún deporte que a uno le guste.

 

Luego habrá de estarse atento a la presencia de secuelas dejadas por los seres espirituales que acompañaban a la persona antes de la liberación. Sobre la naturaleza de estas secuelas y cómo tratarlas, véanse los epígrafes: 7.9 Las secuelas psíquicas y físicas y la oración 8.4.6. Oración para la limpieza de secuelas espirituales

23.2. Bendecir la propia vivienda y a uno mismo

 

Después de una primera sesión de liberación resulta esencial bendecir la propia vivienda para eliminar la energía negativa que los entes habrán dejado en ella. Para esto, véanse los epígrafes 13., 14. y 15., que describen la naturaleza de la bendición y cómo realizarla.

 

Después de bendecir todas las salas de la casa se puede bendecir también uno mismo o a otras personas con la misma oración:

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, quedo/quedas bendecido/a. 

 

Amén.

 

Acto seguido se puede mojar uno mismo o a otra persona con agua bendita, con la cantidad de ella que se desee.

23.3. Oraciones de protección

 

Las oraciones de protección son el elemento más importante para nuestra defensa. Sin estas, cualquier otra cosa que hagamos para protegernos tendrá poco efecto. Tiene usted una propuesta de rutina de oraciones en el epígrafe 21. Propuesta de un sistema de autoprotección espiritual

23.4. Autosugestión

 

Es una de las principales formas que tenemos de volver a cargarnos con entidades.

 

Es posible que después de la sesión de liberación vengan pensamientos negativos de miedo por cualquier motivo, incluso puede ser que algún ente nos dé muestra de su presencia merodeando alrededor de nosotros justamente para debilitarnos, pues el miedo es un importante depresor de nuestra áurea, el campo energético que naturalmente nos defiende de ellos.

 

Si nos autosugestionamos con pensamientos de derrota o miedo del tipo “ya está, ya me ha poseído otra vez...”, “es más fuerte que yo...”, etc., estamos abriendo nuestra puerta de entrada. Por eso recomendamos desde aquí no dar valor a ningún pensamiento negativo que venga a nuestra mente después de la limpieza, sea de la naturaleza que sea.

 

Uno de los pensamientos más debilitantes y una de las más graves mentiras existentes desde el punto de vista espiritual es: “El mal es más fuerte que Dios”. Y, al contrario, uno de los más fortificantes y que también es una de las mayores verdades universales: “El ser espiritual negativo más poderoso de este mundo tiene una capacidad de acción limitada, pues es solo una criatura, totalmente insignificante comparada con la potencia infinita del Creador”.

23.5. ¿Cómo es el perfil de la persona más propensa a ser nuevamente poseída por seres espirituales negativos?

 

¿Es una persona que hizo mucho mal a sí misma o a otros en el pasado? ¿que tuvo una gran carencia de fe? ¿que odió al ser humano, a Dios y al mundo?... La respuesta es no.

 

Curiosamente, las personas que estuvieron más alejadas de Dios y que acceden a recibir ayuda espiritual (ejecutada por un buen practicante, claro) acostumbran a recuperarse muy bien, porque cuando descubren que Dios está presente, que el Señor es un Padre amoroso que está ahí para perdonar, amar y regenerar, adquieren una fortísima motivación para orientarse hacia el bien, y Dios los ayuda en todo. 

 

La persona que tiene más recaídas y que es más difícil de liberar acostumbra a ser alguien que puede llevar una vida muy de “persona común”, pero que tiene un acceso muy fácil al practicante de liberación y siente que no necesita dedicarle demasiada atención a cultivar la vida espiritual ni a mantenerse firme en las oraciones de protección, porque cuando ve que se le agarra algún ente, el practicante está allá, muy a mano.

 

Así, Dios le limita la protección. Es como que le dice: “¿No te tomas en serio tu parte del trabajo para defenderte? Bueno, entonces sigue tú solo...”. 

23.6. Personas que no pueden autogobernarse emocionalmente

 

En los casos de niños pequeños o personas con disturbios psiquiátricos graves que afectan a la consciencia (demencia senil, mal de Alzheimer, etc.), lo ideal es que otra persona ore incluyéndolos en las propias oraciones de protección y, si es posible, que vaya bendiciendo de vez en cuando el ambiente donde estas viven (ver epígrafe 8.4.13. Oraciones pidiendo protección espiritual para otras personas).

 

Con relación a ellas también cabe decir que les es concedido un nivel de protección especial desde lo Alto. 

23.7. Actividades esotéricas y terapias no convencionales que comprobadamente producen posesión

 

Uno de los mayores problemas que observamos con relación a la recuperación del paciente es que después de la limpieza este puede realizar determinadas actividades que, justamente, funcionan como imanes para los entes negativos.

 

Sigue una lista de las que hemos podido constatar que son especialmente peligrosas:

 

1º. Invocación de espíritus, por el medio que sea: ouija, espejos, sesión de espiritismo en grupo, incorporación, canalización (ya sea usando el trance o técnicas de meditación sin él, pues incluso aunque se trate de espíritus bienintencionados lo esperable es que sean almas en pena), etc.

 

2º. Cualquier tipo de magia, blanca o negra. Lo peor del ritual es la parte de la invocación de espíritus —incluso aunque se invoquen ángeles— y el uso de velas asociado a un ritual, que es como un “faro en la oscuridad” para los entes negativos (si no se asocia un ritual al encendido de la vela, no pasa nada por encenderla).

 

3º. Actividades terapéuticas basadas en la transmisión de energía por imposición de manos y pases energéticos (reiki, energía universal, etc.). Que un ser humano le transmita su energía a otro no es perjudicial en sí, el problema está en que con mucha frecuencia los cursos para terapeutas de esta área enseñan a asociar la aplicación de energía a oraciones que invocan y canalizan a entes espirituales negativos que se hacen pasar por espíritus o energías elevados. Se invoca a gurús y senseis (que es como invocar a cualquier otro ser humano), “maestros ascendidos”, “seres de luz”, “espíritus guías”, “elementales”, energías cósmicas a las que se trata como a seres conscientes, rayos y llamas espirituales, Dios Padre como “La Fuente” o como “Dios Padre Madre”, Jesucristo como “Cristo Interno” (tergiversaciones del Dios Padre y Jesucristo bíblicos), “Dios, que soy Yo”, etc.

 

Por otro lado, cuando una persona le transmite su propia energía a otra, si se da la presencia de seres espirituales negativos –que es lo más probable— estos se alimentan de la energía de las dos, de quien la transmite y de quien la recibe, a lo que hay que añadir que estas terapias trabajan también para hacer que la persona esté cada vez más receptiva a las entidades mediante la apertura progresiva de los chakras, de manera que la posesión espiritual llega a darse a niveles muy graves.

 

En la mayoría de los casos tales actividades resultan ser espiritismo disfrazado de terapia energética.

 

4º. Uso de amuletos en general (colgantes, piedras energéticas, figuras decorativas, etc.). Los entes saben de la capacidad de sugestión que un amuleto puede tener para la persona y se vinculan a ellos con frecuencia. Pueden incluso producir “efectos mágicos” que la persona asociará al amuleto.

 

Poner la fe en un amuleto suele denotar una cierta fragilidad de la fe de la persona, pues esta interpreta que va a recibir mayor protección de un objeto tangible que de la oración directa a Dios. Funcionan como una especie de “muletas” espirituales, generando dependencia psicológica, y si se da la mala fortuna de que un ente negativo los acompañe, obviamente el efecto va a ser totalmente el opuesto al deseado.

 

5º. Cualquier actividad que introduzca artificialmente a la persona en estados de trance, de embriaguez, que la saque artificialmente del estado de alerta consciente: hipnosis, yoga, meditación trascendental, drogas, danzas y cantos rituales destinados a ello, oración contemplativa (esta última incluye cosas como la repetición de números, códigos y palabras o frases específicas, comprensibles e incomprensibles —incluso de la Biblia—, llevar la atención a un lugar de nuestra mente donde “oiremos a Dios”, etc.).

 

Así que el individuo entra en un nivel de trance leve (esto es, tan pronto como el cerebro empieza a producir las llamadas ondas alfa) sus defensas energéticas naturales bajan y ello favorece la entrada de los entes.

 

Con relación a la repetición de oraciones existe un contexto en el que ello es perjudicial y otro en el que no. La oración repetitiva será perjudicial cuando nos atonte, nos lleve al trance. El caso opuesto es el de las oraciones de protección: En una situación en que nos veamos bajo un asalto espiritual, por ejemplo, estaremos en medio de una batalla, en pleno estado de alerta (o sea, en un estado totalmente opuesto al del trance), y la repetición de la oración de protección hará que por nuestro canal de conexión con Dios nos vayan cediendo gradualmente desde lo alto la energía necesaria para repeler el ataque.

23.8. Cuestiones psicológicas

 

Si la persona lleva una vida que va muy en contra de lo que necesita a un nivel psicológico profundo (relaciones humanas en general gravemente deterioradas, un empleo torturante que uno desempeña apenas por dinero, ausencia de sentido vital, etc.) eso va a producir de manera permanente un estado emocional alterado y un tono energético bajo, lo que facilitará los ataques espirituales. Está fuera de los límites de esta obra abarcar el trabajo del psicólogo, claro, pero como mínimo es algo sobre lo que debe hacerse mención.

 

Si tiene usted interés en abordar algunas lecturas sobre psicología, la lista de títulos ofrecida en el epígrafe 26. Referencias bibliográficas (26.1. Psicología y psiquiatría) presenta una serie de obras fundamentales que le permitirán adquirir una base general sólida sobre la materia.     

23.9. Creencia en religiones y filosofías anticrísticas

 

Los Evangelios cristianos se basan en la idea de que Jesucristo, además de una naturaleza humana, posee una naturaleza divina, Él es el Hijo del Padre Eterno. Cuando un practicante de ayuda espiritual cristiano le pide ayuda para el paciente sigue justamente esta concepción. La efectividad de una sesión de ayuda espiritual viene de pedir ayuda en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por ello, lo que obra la liberación no es la fuerza psíquica del practicante –que será más o menos potente pero inevitablemente limitada— es la energía que viene desde lo Alto.

 

La orientación crística produce liberación, la anticrística posesión. Entonces, si alguien cuyo sistema de creencias es anticrístico recurre a la ayuda de un practicante crístico, después de la sesión de liberación existirán muchas probabilidades de que en poco tiempo la persona vuelva a atraer entidades en el mismo grado que antes o incluso peor.

 

Pero, ¿en qué consiste una religión o ideología anticrística? Consiste, básicamente, en negar que Jesucristo posee una naturaleza divina por ser hijo del Dios Padre.

 

En la práctica, esta negación de su divinidad se puede dar por dos vías:

 

1ª. Por confrontación directa. Aquí se ataca abierta y frontalmente la figura del Cristo bíblico.

 

2ª. Por confrontación indirecta. Aquí se acepta su existencia, pero se busca algún argumento para rebajar su estatus (teniendo en cuenta siempre que, salvo raras excepciones, nadie que adopta estas ideas tiene consciencia de estar haciendo algo perjudicial a sí mismo o a otros). Entonces se dicen cosas como:

 

- Que Jesús fue un simple ser humano. Incluso en algunas ideologías se enseña que tenía poderes extraordinarios porque estudió magia en países de Oriente.

 

- Que es un “maestro ascendido” con un nivel jerárquico igual al de otros “maestros” como Budha, Alah, Krishna, etc.

 

- Que es un ser extraterrestre.

 

- Concepciones de Jesucristo como “Cristo Interno” (“Triple Llama”), “Cristo Cósmico" o “Maitreya”.

 

- Etc.

 

Si alguien le pide ayuda a un practicante este último no puede negársela, pero sí será su obligación ante Dios alertar al paciente sobre lo que lo pueda perjudicar a nivel espiritual. 

 

Entrar en detalles ahora sobre cada uno de estos conceptos anticrísticos —entre los que se incluyen todos los tipos de invocación citados en el punto 3º del epígrafe 22.7., que habla de la llamada de espíritus en terapias energéticas— también excede los límites de esta obra. 

 

Explorarlos a fondo exige un estudio extenso que considere a sus creadores, desarrollo y efectos concretos sobre la comunidad a la que influyen, aunque si está usted entre las personas que tienen incorporado alguno de ellos en su sistema de creencias, lo que podemos proponerle es que haga una prueba que muy posiblemente le permitirá juzgar a la práctica lo aquí expuesto. Simplemente, permítase no utilizarlos durante un periodo de tiempo determinado por usted mismo —uno, dos, tres meses…— y observe efectos sobre su estado emocional, físico y en su vida en general.  

23.10. Posesión espiritual y dependencia de sustancias adictivas 

 

Hoy en día adicción y posesión espiritual son inseparables, no existe adicción sin posesión, y la mayoría de los adictos no consigue nunca liberarse del todo justamente porque los entes les inducen recaídas.

El momento en que una persona está bajo el efecto intenso de drogas, alcohol o cualquier elemento adictivo en general, es otra de las situaciones donde está altamente vulnerable ante la posesión. En el caso del alcohol, un consumo moderado, esto es, sin llegar a emborracharse, no ofrece problemas.

 

Por todo ello, si alguien con algún tipo de dependencia se somete a una primera sesión de liberación espiritual, inmediatamente después deberá buscar algún tipo de tratamiento, ya que la próxima vez que se intoxique será nuevamente poseído con igual o mayor intensidad que antes de realizarse la liberación.

 

Los tratamientos para las adicciones son múltiples, claro, pero nos consta que los grupos de apoyo, por ejemplo, son de muy buena ayuda y especialmente adecuados para personas con pocos recursos económicos.

 

La liberación espiritual facilita extremamente el proceso de superación de la adicción. En muchos casos, eso era lo único que le faltaba a la persona para conseguir deshacerse definitivamente de ella.

23.11. ¿Y si en algún momento dado la oración de protección no funciona?

 

Partiendo de la base de que a la práctica no existe ningún ser espiritual que pueda confrontar a Dios, esto puede darse por dos motivos básicos:

 

- La persona está haciendo algo que impide que le llegue la energía (una acción, una actitud, un estado emocional, una idea, etc.). Entonces, deberá hacer un autoescrutinio para ver de qué se trata: La oración no está funcionando ahora, ¿por qué? ¿Estoy haciendo algo que impide que el Señor me envíe la energía? ¿Estoy dejando de hacer algo necesario para mi protección?...

 

- Puede ser incluso que la persona no esté haciendo nada equivocado, pero necesite de ese escenario de desafío para aprender algo que la hará crecer desde el punto de vista espiritual.

 

En estas situaciones, lo que hay que tener muy presente es que todo tiene un sentido, el desamparo del Señor no existe.

 

Pero si alguien que ha sido liberado y que está en un camino de fe se tiene que ver también en situaciones difíciles asociadas a lo espiritual, ¿cuál es la diferencia entre estar en ese camino y no estarlo? En principio es esta: Quien no está en Dios, es como si estuviera en una batalla sin armas ni conocimientos sobre cómo conducirse en ella. Quién lo está puede verse, y seguro que en más de una ocasión se verá, en medio de una batalla espiritual, pero protegido desde lo Alto y por ello recibiendo un conocimiento y una fuerza que le permitirán adaptarse, en último término, a cualquier situación.

 

Entonces el destino de uno no es el de una simple víctima, sino que después de superarla se experimenta una fortificación del alma, un crecimiento en fe, conocimiento y amor.

Ir a: 24. Protección espiritual y energética para masajistas

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