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7. Algunas de las formas de acción más usuales de los espíritus negativos

 

Los entes que se encuentran en nuestro plano quieren interactuar en él, pero a priori no pueden por el hecho de carecer de cuerpo físico. Sin embargo, tienen la facultad de tomar energía del áurea de los seres humanos vivos. Esa energía robada les permite manifestarse de diversas maneras: hacerse visibles en este plano, producir sonidos, mover objetos, etc. Quieren vivir lo que viven los vivos, mantener la ilusión de una vida terrena, de ahí que busquen a las personas, sobre las que ejercen influencias tales como:

7.1. La posesión

 

El espíritu negativo entra en el cuerpo de la persona, con lo que obtiene diversos grados de control sobre él. Con ello, consigue sentir lo que el individuo siente durante su actividad diaria como si fueran sensaciones propias (el placer que experimentamos cuando comemos, hacemos el amor, etc.). Sin embargo, ningún espíritu negativo tiene capacidad para dañar el alma. 

 

Los espíritus pueden, por un lado, leer nuestra mente casi en el mismo instante en que el pensamiento es emitido, de modo que antes de que actuemos ya saben cómo lo vamos a hacer; por otro, pueden inculcarnos pensamientos suyos de modo que creamos que son nuestros. Suelen actuar de forma sutil y astuta, confundiendo y engañando.

 

Los casos más graves de posesión coinciden con lo que la medicina denomina como “ausencias”. Aquí, el espíritu negativo expulsa totalmente al alma del cuerpo de la víctima, junto con su mente y personalidad, controlando dicho cuerpo por completo. 

 

Puede darse incluso la situación en que el ente posesor quiere, por el motivo que sea, salir de la persona, y se da cuenta de que no sabe hacerlo. Entonces, no es infrecuente que quiera llevarla sin demoras al suicidio.

7.2. La influencia mental

 

Se da cuando el espíritu se mantiene cerca de la persona, no dentro de ella, e influye sobre su mente.  

 

Cuanto más débil está la persona, ya sea física, mental o espiritualmente, mayor capacidad tiene el ente de dominarla y quitarle energía. Cuanto mayores son la espiritualidad, la consciencia y la energía vital de la persona más le cuesta al ente actuar. De hecho, muchas veces, cuando se limita a influir es porque no tiene fuerza para poseer, aunque en cualquier caso le va a estimular la desnutrición afectiva, el desequilibrio y el aislamiento. Entonces, la influencia suele consistir en:

 

1. Ir inculcándole todo tipo de pensamiento negativo.

 

2. Por el hecho del ente estar perdido y negar la gracia de Dios, sufre miedo, rabia, desesperanza, etc., y a través de la conexión psíquica que se establece entre él y la persona, esta puede también experimentar las emociones y sensaciones negativas que el primero siente. 

 

3. El ente puede amplificar el pensamiento o los impulsos negativos propios de la persona. Por ejemplo, si esta tiene tendencia a encolerizarse, le puede intensificar la cólera; si tiende a la envidia, o a la codicia, o a la frialdad emocional, etc., lo mismo. El espíritu ataca primero el punto más flaco de la personalidad del individuo, aquello que lo debilite más. 

 

4. Cuando la influencia se da sobre grupos, también busca atacar primero al miembro espiritualmente más débil (más falto de fe, de bondad, de desarrollo emocional, etc.) y aplica el principio de “divide y vencerás”, intentando desunir a la familia, a los amigos, o a cualquier grupo de que se trate. 

 

5. Despertar hostilidad o rechazo hacia el individuo en personas de su entorno.

 

En resumen, las estrategias que usan para debilitarnos se orientan hacia tres direcciones básicas: estimular lo malo que hay en nosotros, estimular el miedo y anular la fe, sobre todo haciéndonos creer que Dios nos desampara, e incluso que nuestros males provienen de Él. El miedo es básicamente ausencia de fe y por eso cuando lo tenemos nuestras defensas energéticas se debilitan. 

7.2.1. Provocar pesadillas

 

Es otra de las formas que tienen de debilitarnos. Claro está que no toda pesadilla es producto de influencia de espíritus negativos, la pesadilla es un fenómeno psíquico totalmente natural en el ser humano. Aunque, ¿cómo distinguir una pesadilla natural de una insuflada por un ente? Esto no es tarea fácil, aunque las de origen espiritual pueden ofrecer algunas particularidades sutiles:

 

1. Normalmente son fuertemente estimuladoras de la desesperanza y del miedo.

 

2. Suelen ser muy crueles, macabras, y con frecuencia el soñante o personas que él aprecia suelen tener finales trágicos y cruentos. Aquí se puede observar un contraste con la pesadilla natural: por ejemplo, en aquella en que el soñante es perseguido por un monstruo es común que la persona escape de él o no llegue a sufrir daños.

 

3. Al despertar, la persona está muy agotada, dolorida, impactada negativamente.

 

4. Con frecuencia los entes se manifiestan tomando formas de animales monstruosos.

 

5. Pueden producir pesadillas relacionadas entre sí en personas diferentes. Por ejemplo, podemos mencionar el caso de un espíritu que, con el objetivo de separar a un matrimonio bien unido, hizo que en una misma noche el marido soñase que su esposa lo abandonaba y que ella soñase que era él quien la dejaba. 

 

6. La pesadilla natural suele estar asociada a una situación conflictiva de nuestra vida diaria, expresando sentimientos reprimidos propios como miedo, rabia, frustración, desorientación, etc., y ofrece elementos concretos que nos permiten asociar el sueño a dicha situación. Por ejemplo: un día nos enfadamos y reprimimos ese enfado; luego, por la noche, soñamos que se nos caen los dientes (los dientes, entre otras cosas y dependiendo del contexto, suelen simbolizar la agresividad del individuo).

 

Nota: para iniciarse en un estudio serio de los sueños y de los símbolos son referentes fundamentales el Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant y las obras de Carl Gustav Jung (para una primera toma de contacto con este autor, puede verse el libro El hombre y sus símbolos). 

7.3. Formas visibles adoptadas por los espíritus negativos

 

Cuando los entes negativos se manifiestan, ya físicamente como en los sueños, tienen la facultad de tomar la forma que deseen, y pueden manifestarse de varios modos:

 

1. Asumiendo su forma verdadera.

 

2. Asumiendo la forma de luces o sombras.

 

3. Asumiendo la forma de animales y seres monstruosos de todo tipo (demonios, arañas, serpientes, alienígenas, etc.).

 

4. Asumiendo la forma de seres espirituales elevados: toman la forma de santos, ángeles, Cristo, María, la de cualquier divinidad o guía espiritual que la víctima considere de su interés o incluso la de familiares y seres queridos que ya fallecieron. También puede hacerse pasar por nuestro amigo, o hacernos mentalmente un pedido de socorro para que lo invoquemos y así poseernos.

 

Cuando el espíritu se manifiesta tomando una forma hostil, quiere dominar directamente a través del miedo. En los casos en que toma formas amigables, su estrategia consiste en seducir a la persona para que tolere su presencia y poder ir manipulándola sutilmente, ganando poder sobre ella poco a poco y apartándola de lo que realmente la pueda fortificar.

7.4. Los espíritus de familiares y seres queridos

 

Una persona que está en el plano que Dios le designó después de morir no va a volver jamás a la tierra, pues ese no es su lugar. Su camino positivo consiste en continuar su evolución en otros planos más elevados. Como mucho, hay casos de almas de familiares que pueden querer despedirse de sus seres queridos vivos, normalmente a través de un sueño. Si un familiar o ser querido es invocado, con total seguridad vendrá un ser de tinieblas suplantándolo y provocará graves trastornos. Además, cuando desde la tierra no dejamos ir emocionalmente al fallecido, este sufre a causa de nuestra retentividad y falta de resignación ante la pérdida. Puede servirnos de consuelo el hecho de que, llegado el momento, nos podremos reunir de nuevo con él en el plano elevado: cuando alguien querido muere, si estamos en Dios no se trata de un “¡hasta nunca!”, sino de un “¡hasta luego!”.

7.5. Visiones colectivas

 

También existe el caso de individuos que en vida no tuvieron fe y que después de morir aparecen ante las multitudes haciéndose pasar por María, Cristo, etc., pretendiendo inculcar a otros la fe que ellos mismos no tuvieron durante su periodo de vida terrestre. Pero por negarse igualmente a ir al plano que les correspondería si se acogieran a Dios también tienen una existencia de dolor, y normalmente es dolor el resultado para quienes creen en ellos. 

 

Pueden incluso llegar a realizar falsos milagros, y suelen ser fanáticos que llevan a otros al fanatismo, sobre todo a aquellos que buscan milagros y pruebas de la existencia de Dios para compensar su falta de fe real. De hecho, es justamente eso lo que suele querer compensar un individuo fanático con su actitud: falta de verdadera fe.

7.6. Abuso sexual en la persona poseída y disturbios de orientación de género

 

Un ser espiritual puede querer establecer relaciones sexuales con la persona poseída. En la mayoría de los casos el acto se da durante el sueño y la víctima tendrá la misma percepción psíquica del coito que tendría en un sueño o pesadilla erótica. En las situaciones más severas, en las que el espíritu ha absorbido suficiente energía del áurea de la persona como para manifestarse, esta puede llegar a sentir que es tocada, normalmente en las zonas erógenas. 

 

Hay que matizar también que un ser espiritual negativo puede poseer a personas del mismo sexo o de sexo diferente. A veces el posesor se enamora del poseído, con lo que, entre otras cosas, va a actuar para que su vida amorosa no funcione. 

 

Otro hecho que vale comentar es que en los casos más graves de posesión y después de años de sufrirla, la persona va adquiriendo los rasgos físicos del posesor. Por ejemplo, hay casos de hombres poseídos por espíritus femeninos que empiezan a desarrollar senos de mujer, y en el nivel mental, homosexualidad. Aunque hay que matizar la diferencia esencial entre este último caso y los de homosexualidad genuina: un homosexual verdadero, después de vivir experiencias amorosas se siente bien; alguien que no lo es y está siendo inducido a este tipo de comportamiento por un espíritu, no.

7.7. La psicografía 

 

Se trata de una variante más de espíritus negativos suplantando a espíritus benignos.

 

La psicografía consiste en el hecho de que un espíritu entra en el cuerpo de una persona y la hace escribir. Existen médiums que se ofrecen como intermediarios para que sus clientes, por este procedimiento, reciban comunicaciones de seres queridos fallecidos (al tener el espíritu acceso a la mente y a las memorias de la persona, puede ofrecer mensajes que pasan por inequívocamente veraces).  Otros médiums son poseídos por espíritus supuestamente elevados y se revelan como transmisores de mensajes divinos, llegando incluso a producir libros enteros.

 

Un ser elevado auténtico jamás va a poseer el cuerpo de una persona ni va a hacer algo como ejercer un control mecánico sobre sus miembros o su pensamiento, las inspiraciones que vienen de lo Alto respetan siempre nuestra libertad física y mental. Entonces, podemos ver en la psicografía otra forma de seducir para controlar: lo común es que se desarrolle una fuerte vanidad en el individuo, quien se creerá un elegido, aunque el objetivo mayor suele ser seducir y desviar a muchos, pues quienes aceptan de buen grado la experiencia de la psicografía acostumbran a ser médiums que con ello fascinan a las masas. El mensaje suele ser aparentemente de amor y de fe, muy seductor, mezclando verdades genuinas con falacias, y tarde o temprano su destructividad se va a manifestar.

7.8. Hacernos creer en la reencarnación

 

Las personas que reciben imágenes de lo que consideran vidas pasadas o que las manifiestan en sesiones de hipnosis, en realidad están captando memorias de seres espirituales que las han poseído o las de un espíritu que ya poseyó varios cuerpos.

 

Si concordamos con el plan evolutivo que Dios tiene para cada uno de nosotros, el camino de un alma pasa por diversas vidas en planos astrales diferentes. Venimos de un plano diferente y a otro diferente vamos. Entonces, lo más peligroso de la idea de reencarnación está en que refuerza el apego a nuestro mundo material, haciendo que nos condicionemos mentalmente para no salir de él y dejando de interesarnos o de atender a la idea de pasar a un plano superior.

7.9. Las secuelas psíquicas y físicas

 

En nuestro cuerpo, mente y alma todo se graba, su forma y estado son un registro exacto de nuestro paso por esta vida. Por otro lado, la frase “uno recoge lo que siembra” también tiene un cumplimiento exacto: si cultivamos el amor y la fe, esto irá moldeando poco a poco nuestro ser, y lo mismo si cultivamos la maldad.

 

También sucede que cuando un espíritu nos posee o influencia, sus emociones negativas quedan impresas en nuestra mente y las sentimos como nuestras. 

 

Incluso, si el ente murió a causa de una enfermedad o trauma dolorosos, experimenta permanentemente los síntomas que sufrió en sus últimas horas de vida, y también esas sensaciones las comunica a la persona poseída, quien puede llegar a desarrollar las mismas enfermedades a nivel físico que el ente sufre.

 

Después de ser poseídos o influenciados por un determinado periodo puede ser que el ente nos deje, y esto puede darse a través de los siguientes caminos:

 

1. Si persistimos en la fe y la oración. Muchas veces se marcha porque esto siempre lo debilita e incomoda.

 

2. Se va porque nuestras peticiones a Dios han sido escuchadas y es conveniente que los seres angélicos se lo lleven al plano que le corresponda según la voluntad del Altísimo.

 

3. Un exorcista competente nos realiza la liberación espiritual.

 

Entonces, sí, el ente se ha ido, pero sus emociones negativas quedan en nosotros en forma de secuelas. El modo de sanarlas es orar pidiendo su eliminación y recuperarse totalmente lleva un tiempo, que será mayor o menor dependiendo del grado en que ese ser nos agredió, del tiempo que estuvo con nosotros y de nuestra fortaleza natural.

 

Muchas personas, después de quedar liberadas de los entes, notan una mejora de inmediato, otras se recuperan más despacio, necesitando días o meses para recuperarse. A veces se trata de síntomas físicos o psicológicos que han de ser también acompañados por el médico. 

 

En el periodo inmediatamente posterior a una liberación, exorcismo o limpieza espiritual la persona está débil, es como cuando se ha pasado por una cirugía y se acaba de salir del quirófano. Entonces, es especialmente importante que la persona recurra a oraciones de protección, ya que en caso contrario será fácil que otros entes adhieran a ella.

 

También es muy necesario tener en cuenta que recrearnos en recordar los episodios pasados negativos de nuestra vida no será beneficioso, pues eso va a perturbar nuestra recuperación, equilibrio y armonía. Conviene, sí, ocupar la mente con información positiva, ya que estaremos nutriendo nuestra memoria con cosas útiles y que sirven a la vida. Además, deberemos reeducarnos haciendo un esfuerzo consciente por desechar las ideas malignas que nos fueron inculcadas.

 

Nota: en el epígrafe 8.4. Oraciones de ayuda y protección del presente texto, encontraremos las oraciones adecuadas para ayudarnos en este proceso.

Ir a: 8. La oración a Dios

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