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24. Protección espiritual y energética para masajistas

 

Hoy en día el masajista tiene especial dificultad para desempeñar su tarea porque con mucha frecuencia el cliente va acompañado de seres espirituales negativos que absorben la energía del áurea del quiropráctico a través de sus manos, en el momento de aplicarlas sobre el cuerpo del cliente, con lo que al final de la jornada de trabajo este termina mucho más cansado de lo que sería natural. 

 

Además de ir haciendo la oración del manto a lo largo del día según lo vaya pidiendo la propia intuición (ver: 8.4.1. Oración del manto de protección), como cuidado extra el quiropráctico puede hacer lo siguiente antes de empezar a trabajar con cada cliente: 

 

1.º. Lavarse las manos con agua y jabón, refregándoselas bien, más o menos como lo haría un médico antes de entrar en el quirófano. Esto limpia posibles residuos de energía espiritual negativa acumulados en ellas procedentes de clientes anteriores.

 

2º. Secarse bien las manos y acto seguido mojártelas nuevamente, pero con agua bendita —por ejemplo, se pueden sumergir en un recipiente que la contenga o echársela con un pulverizador. Después de esto se espera unos segundos a que se sequen un poco antes de poner las manos en el cliente. Si este último va acompañado de algún ser espiritual, el agua le impedirá la absorción de la energía del masajista (sobre la función del agua bendita y cómo obtenerla, véase el epígrafe 13. La bendición).

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