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6. ¿Cómo identificar que hemos recibido un ataque mágico grupal?

 

Vamos a explorar ahora esta cuestión en detalle.

6.1. Mediante nuestra propia percepción

 

Como el objetivo de un ataque mágico es causar daños a nuestro cuerpo y mente, en la mayoría de los casos en que se dan producen algún tipo de síntoma físico o mental.

 

De modo repentino puede venir un dolor de cabeza, un sentimiento de depresión, un fuerte estado de fatiga, angustia, mareos, dolor en el pecho, dolores musculares y un largo etc.

 

En mi caso particular, también me sucede a veces que, de manera espontánea, empiezo a sentir que me entra en el cuerpo un flujo de energía de gracia (esa sensación de frescor corporal que ya describí en el punto 15.2. del libro 1). 

 

Cuando esto pasa, ya sé que en breve voy a recibir un ataque mágico de especial intensidad. Interpreto que aquí me están preparando el cuerpo desde lo alto para lidiar adecuadamente con la tarea. Dejo constancia de ello para que si le pasa a usted esto o algo análogo, ya entienda el por qué.

 

Una vez que en algún momento ya descubrimos que un grupo esotérico nos tiene como objetivo, cuando venga cualquier malestar físico o mental, u observemos algún tipo de trastorno o accidente en nuestro ambiente, ya vale la pena indagar:

 

1º. Se hace la oración de 1 manto de protección, para evitar posibles interferencias mentales de los potenciales atacantes.

 

2º. Se hace la pregunta: "Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¿he recibido ahora algún ataque mágico de grupos esotéricos?".

 

3º. Si la respuesta mental que recibimos es “sí”, hacemos el procedimiento de autoliberación cuanto antes.

Unas veces, los síntomas pueden empezar siendo leves, pero, como ya hemos dicho en otro momento, si no nos autoliberamos pronto pueden ir empeorando, llegando incluso a un punto en que necesitemos atención médica. Otras, pueden ser ya muy intensos desde el primer momento.

 

Además, no existe una relación directa entre la gravedad del ataque y la intensidad de los síntomas. A veces un ataque que requiera un procedimiento de liberación difícil y prolongado puede empezar como un síntoma casi imperceptible.

 

Y van a remitir tras aplicarnos el procedimiento de autoliberación o incluso mientras nos lo estamos aplicando. Esto también será un indicador de que, realmente, estábamos bajo los efectos de una agresión espiritual.

 

Durante el autoexorcismo, a veces ya podremos sentir que el síntoma mejora o desaparece totalmente tras la primera oración de entrega de entes a la luz. 

 

Si estamos muy cargados y la sesión exige muchas oraciones de exorcismo, podremos notar que, conforme las vamos haciendo, los síntomas y sensación de opresión van desapareciendo gradualmente hasta remitir por completo.

 

A veces la agresión puede haber sido tan fuerte que necesitemos de un tiempo para recuperarnos totalmente, que podrá variar en cada caso, pero aun así notaremos que ya hay una evolución positiva.

 

De todos modos, lo más frecuente es que inmediatamente después de una sesión de liberación bien ejecutada nos sintamos bien, sin síntomas. 

6.2. Percepción de un ataque mágico grupal mediante manifestaciones en nuestro ambiente

 

Como la energía de un grupo es muy fuerte, también puede afectar los objetos de nuestro ambiente. Puede venir un apagón, bombillas fundiéndose, máquinas rompiéndose, computadoras bloqueándose, caída de la conexión a Internet, etc.

 

Aquí, dependiendo del caso, también puede ser adecuada la oración para bendecir y proteger máquinas o aparatos eléctricos del punto 16 del libro 1.

6.3. Percepción de la agresión mágica grupal mediante las percepciones de terceros

 

Algo que los agresores espirituales también pueden querer hacer para herirnos y desestabilizarnos emocionalmente es atacar también a las personas de nuestro núcleo más íntimo, por ejemplo, a nuestra pareja e hijos. 

 

Resulta muy importante ser consciente de esto y hacer el ejercicio de autodisciplinarnos para no perder la serenidad especialmente en estos momentos, pues si los atacantes perciben que consiguen hacérnosla perder, puede ser que empiecen a intensificar el fuego en esta dirección. 

 

El grupo tiene que sentir que, haga lo que haga, el resultado es el mismo: que neutralizamos el ataque de manera ágil y serena, con toda naturalidad, sea quien sea la persona a quien vaya dirigido. Incluso que noten que tenemos una respuesta especialmente rápida, firme y certera justamente cuando se trata de proteger a quienes más amamos. 

 

En la medida de lo posible, lo ideal sería que dichas personas de nuestro núcleo más íntimo también participen de las prácticas de protección descritas en este manual y, dado el caso, ponerse de acuerdo para que avisen cuanto antes si un potencial ataque se da.

 

Así, estando todos sobre aviso, si por ejemplo un hijo nuestro experimenta un malestar repentino, ya podemos hacer las preguntas: "Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¿la persona tal ha recibido un nuevo ataque mágico de grupos esotéricos? ¿Y la persona cual?".

 

Y se procederá de acuerdo con lo que exija la circunstancia.

 

Cuantas más personas en la casa haya que puedan practicar el procedimiento de liberación espiritual en sí mismas o a otras personas, más fuerte será la defensa, claro.

 

Cuando alguna no consiga o quiera esto, lo ideal sería que por lo menos pueda defenderse usando la oración del manto de protección.

 

Y ya en el caso de las que no pueden defenderse espiritualmente por sí mismas, como los niños demasiado pequeños como para hacer la oración del manto, tendremos que ir acompañando nosotros su estado.

 

También hay que estar atento al hecho de que más de una persona de la casa puede recibir un ataque simultáneamente, o puede venirle a una poco después que a otra.

 

Incluso he llegado a ver que dos personas estando en una misma sala empezaban a tener, de la nada, el mismo síntoma y al mismo tiempo.

 

Y ni siquiera hace falta esperar a que haya síntomas. Si están ustedes en una época donde su casa es atacada frecuentemente, nada impide que pregunte al Señor si tal miembro de su familia ha recibido un nuevo ataque mágico simplemente cuando su intuición se lo pida.

 

Si en un momento dado una persona indefensa de la casa es atacada y por cualquier motivo no podemos liberarla de inmediato (porque estemos en lugares diferentes y que no lo permiten, por ejemplo), por lo menos podemos comenzar a hacer de inmediato la oración del manto de protección pidiendo que se lo pongan a ella. De ese modo ya quedará suficientemente protegida hasta el momento en que podamos practicarle el procedimiento completo de liberación, evitando desde ya que puedan hacerle algún daño grave.

 

Si tenemos mascotas, incluso estas podrán ayudarnos a detectar un ataque. Como ya comentamos en el punto 25 del libro 1, los animales captan los fenómenos espirituales. 

 

Por ejemplo, si nuestro perro, de repente, se pone todo alterado ladrando como si le ladrara a una persona, pero haciéndolo hacia un espacio de la casa donde no hay nadie, o parece que se enferma de la nada, o presenta cualquier comportamiento extraño y repentino…, también valdrá la pena preguntarse si estará reaccionando ante presencias espirituales negativas.

6.4. Patrones lógicos del ataque mágico grupal

 

Otro de los indicadores claros de que estamos siendo agredidos mágicamente por un grupo de personas vivas es que, cuando estas agresiones se dan de forma recurrente, es posible observar ciertos patrones lógicos de funcionamiento que no serían propios de ataques espontáneos comunes efectuados por los seres espirituales, y tampoco serían propios de la imaginación de una víctima dominada por la paranoia, por alucinaciones o por cualquier tipo de percepción personal subjetiva. 

 

Se puede observar que por detrás de estos existe inteligencia y estrategia, uno ve que consiguen estudiarnos e ir haciendo evolucionar el abordaje de los ataques. 

 

Aunque esta moneda no deja de tener su otro lado y es que, si ellos pueden estudiarnos a nosotros, nosotros también podemos estudiarlos a ellos.

En este sentido, algo que recomiendo muy vivamente es llevar un registro escrito de los ataques, anotando, por ejemplo, sus días y horarios, y cualquier evento singular que suceda durante los procedimientos de liberación. Esto nos ayudará mucho a descubrir tales patrones, a analizarlos con objetividad y a adoptar de modo ágil las debidas medidas contrarrestantes: por ejemplo, el número de ataques que son capaces de realizar por día o semana, las estrategias de ataque que vayan probando, etc.  

 

Lo más esperable es que cuando vean que los rituales no funcionan, entren en un ciclo más o menos duradero en el que vayan aumentando su sofisticación y en el que aumente también el número de participantes (si tienen estructura para ello), y en el que vayan buscando los posibles puntos frágiles de nuestra manera de actuar para ver por dónde pueden impactarnos mejor en el próximo ataque.

 

Con relación a estos patrones de ataque, podrá usted observar fenómenos como, por ejemplo, que una secuencia de ataques mágicos vino durante tantos días con tales intervalos regulares de tiempo; o que de modo recurrente empieza a venir un ataque justo el día y momento de la semana en que está usted más cansado; o que se pone usted enfermo y ahí se intensifica de forma drástica la frecuencia de estos (lo que, por cierto, tampoco sirve de nada, porque como la energía de gracia no es algo nuestro, sino que se nos da, el procedimiento funciona igual estemos enfermos o no); o que durante unos días la violencia y número de ataques fue creciente y luego pararon en seco.

 

Este último patrón puede ser de los más comunes: durante x tiempo los ataques pueden darse con una intensidad y frecuencia crecientes, alcanzan un pico de intensidad máxima y luego paran de golpe, porque el grupo se desanima al ver que no funcionan.

 

Entonces, reanalizan la situación, se reorganizan, juntan más fuerzas, buscan cómo motivarse nuevamente y empieza otro ciclo de ataques más fuerte que el anterior, pero que terminará igual si persistimos en no entregarnos y en agarrarnos con uñas y dientes al Señor. 

 

A la hora de estudiar estas situaciones, puede ser que tengamos que ampliar nuestros propios límites mentales por vernos ante fenómenos que desafíen nuestro concepto presente de lo real.

 

Por ello, será necesario abrirse a nuevas hipótesis, sí, pero buscando validarlas con datos que estén más allá de nuestra percepción subjetiva de las cosas. 

 

En mi opinión, tampoco se trata de oponer nuestra propia percepción a la información externa, sino de hacer que ambas trabajen juntas, que se complementen, y no que se combatan.

 

Así, podrá haber fenómenos que, por ejemplo, en un primer momento no tendremos cómo comprender, pero la comprensión de su funcionamiento podrá dársenos más adelante. Habrá otras hipótesis que aceptemos ahora y que podrán demostrarse inválidas también más adelante.

 

Aunque, a mi juicio, lo más peligroso va a ser entrar en estado de negación ya de entrada, el no querer ver, no querer estudiar algo que se está manifestando y que puede causar daños.

 

En el contexto de un ataque mágico, actuar como “avestruces espirituales”, que simplemente esconden la cabeza bajo la tierra cuando se deparan con algo que no entienden, puede ser fatal.   

 

Y reconozco que esto no es fácil, pues lo que estoy proponiendo es, básicamente, lidiar desde una visión científica con fenómenos que muchas veces pueden ser considerados a priori “anticientíficos”, que activan mucho el miedo, y con los que aun así hay que lidiar manteniendo la cabeza en su lugar.

6.1.
6.2.
6.4.
6.3.
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