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15. Cuidados espirituales a animales domésticos del paciente después de una sesión de liberación espiritual o exorcismo

 

Si se practica una sesión de liberación espiritual en una vivienda donde hay algún animal doméstico, se recomienda que el animal no esté en la sala en que se practique la liberación durante el procedimiento. Basta con cerrar la puerta de esa sala y dejar al animal en otra parte de la casa.

 

También se recomienda que al final de la sesión y si es posible se lo bendiga, tal y como se explica en la sección 24. Protección espiritual y energética para animales del libro 1, para asegurarnos de que realmente no queda ningún resquicio de nada negativo en nada ni en nadie de la casa, además de orientar al paciente sobre cómo cuidarlo él mismo a nivel espiritual.

 

Especialmente en casos donde las personas, además de tener que lidiar con sus agresiones espirituales, tienen que convivir con animales trastornados por el mismo motivo, es necesario concederles también a estos la debida atención y cuidado.

 

Si quien bendice al animal es el exorcista, se recomienda que lo haga después de aplicar el procedimiento de liberación completo sobre paciente y vivienda y de efectuar su autoexorcismo, para reducir al máximo la posibilidad de que algo que estaba con él afecte negativamente a dicho animal.

 

Un hecho que también vale la pena mencionar en el caso de sesiones presenciales de liberación en viviendas donde hay perros, y es lo siguiente:

 

Si se procede a bendecir la vivienda sala por sala con agua bendita, a veces, cuando se bendice la sala donde hay un perro, este puede asustarse a causa del contraste energético que se da a la hora de pulverizar el agua en el ambiente (el problema no es el agua pulverizada en sí, pues el animal puede estar incluso debajo de una cama o una mesa y ni siquiera ver que estamos pulverizando).

 

Así, para no asustarlo, puede bastar con sacarlo de la sala y llevarlo a otra que hayamos bendecido previamente. Ahí, se bendice la sala y por último ya podemos bendecir al animal. Lo que lo asusta es exactamente ese momento de la pulverización del agua en el aire. 

 

Incluso ya he probado a bendecir una sala con un perro en ella que ya había bendecido unos momentos atrás sin él, y como ahí no hubo contraste energético, el animal ni se inmutó al verme pulverizando.

 

Si puede ser arisco con desconocidos, basta con pedirle a su dueño que lo bendiga él.

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