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ESTUDIO DE CASO DE EXORCISMO 1: SANACIÓN ESPIRITUAL GUIADA POR SUPUESTOS ESPÍRITUS ELEVADOS

El siguiente caso se refiere a Manuel, amigo personal, hombre de fe, dotado de cierta clarividencia y sensibilidad ante las energías espirituales, no consume estupefacientes ni sufre de enfermedades psíquicas.

 

Tiempo atrás lo invité a aprender el procedimiento de exorcismo que habitualmente utilizo y me dijo que no, que no se sentía preparado para eso. No le toqué más el asunto, pero confieso que a título personal me parecía que tenía muy buenas cualidades para la tarea y que me gustaría mucho verlo exorcizando. Hasta que un día me comentó que la noche pasada, estando en oración con el Padre, se inició de repente un diálogo con una voz que le hablaba de manera nítida en la mente, que él sentía que no era algo de su propia psique, y que le dijo ser la Virgen María. En el momento de comenzar ese diálogo sintió como una sensación de presión en la frente, en la región del chakra de tercer ojo, describiéndolo como si fuera «un remolino girando muy rápido». Esa sensación la tiene esporádicamente, principalmente cuando está en oración o lee la Biblia, pero en aquel momento fue más fuerte que nunca.

 

La voz le dijo que era «hora de poner las manos en la masa» y al preguntar Manuel qué quería decir eso, la voz respondió que yo necesitaba ayuda, que él tenía que empezar a limpiarme energéticamente tras mis jornadas de exorcismos. Él entonces le preguntó cómo lo iba a hacer, y la voz respondió: «Yo te guiaré».

 

Al contarme todo esto decidí estar abierto a la posibilidad de que fuera algo realmente de Dios, aun sabiendo que uno de los comportamientos habituales de los entes negativos consiste justamente en eso, en hablarle a una persona haciéndose pasar por seres espirituales elevados para seducirla y manipularla a su antojo. Manuel es alguien con una profunda conexión con el Señor y si de alguien yo podría esperar que algo así fuera genuinamente bueno sería de él. Pensé: «Bien, yo no lo sé todo, vamos a ver si esto es de Dios...» y además deseaba mucho que realmente lo fuera. Entonces, acepté hacer una prueba y dejar que me limpiara una vez, pues él es una de las pocas personas ante las que bajaría la guardia hasta ese punto.

 

El procedimiento fue así:

 

Justo antes de tratarme hizo oraciones en privado pidiendo orientación a Dios Padre y a María. El procedimiento consistió en aplicarme pases con las manos guiándose apenas por su propia intuición, en la cabeza primero, luego a la altura del pecho y en la frente, parándose en los respectivos chakras de la cima de la cabeza, del corazón y del tercer ojo. Mientras hacía esto rezaba el Padre Nuestro y el Ave María.

 

De mi parte me sentí relajado, no tuve ningún tipo de mala sensación. Desde el momento en que terminó hasta unas dos o tres horas después me sentí en un estado de leveza corporal muy agradable. Como síntoma especial, decir que notaba una sensación de activación contínua y suave del chakra de la cima de la cabeza, como que poco a poco me iba entrando energía por él.

 

En principio parecía todo en orden, pero salí a la calle a hacer unas pequeñas compras en bicicleta y en un cruce un auto se avalanzó sobre mí a toda velocidad y casi me atropella. El hecho de mediar un tiempo tan corto entre una experiencia espiritual como esa y un «casi accidente» ya me llevó a considerar la idea de que ambos hechos tuvieran alguna relación, recordando que es común que los entes negativos induzcan accidentes.

 

Entonces, a partir de ahí vinieron las siguientes reflexiones:

 

1º. Cuando un exorcista realiza las oraciones de liberación, uno de los principales recursos que los entes tienen para pararlo es interferir en su pensamiento de modo que estas no se mentalicen bien y pierdan su eficacia. A veces el exorcista ha de hacer un esfuerzo consciente considerable para no desconcentrarse, lo que puede llegar a convertirse en una verdadera batalla mental, y eso aun trabajando con oraciones escritas.

 

Así, si para mí mismo no es raro tener que luchar mentalmente para que los entes no interfieran en las oraciones, ¿por qué otra persona podría ponerse en un estado de completa receptividad mental sin peligro alguno, ante unas voces que no se sabe bien de dónde vienen?

 

Me di cuenta de que ello significa dar luz verde a los espíritus para hacer lo que quieran con quienes participen del acto, siendo que, sin un texto que defina con concreción al menos las ideas más necesarias para que el exorcismo se dé, el grado de imprevisibilidad de lo que pase será altísimo.

 

2º. Lo que Manuel supuestamente tenía que hacer era un tipo de sanación que consistiría en limpiar, restaurar y recargar mi campo energético dañado por la actividad exorcística, lo que implicaría que, en sí mismo, el procedimiento que utilizo no permitiría actuar sin acabar con la propria salud y que para poder trabajar sería necesario el apoyo permanente de una segunda persona con facultades especiales de sanación espiritual.

 

Sí es verdad que para aplicarlo sin problemas hay que manejar también el autoexorcismo, pues nadie es totalmente invulnerable ante la acción de los entes (sobre esto, ver: Guía de liberación espiritual y exorcismo, Libro 2). En cualquier exorcismo, se use el método que se use, hay un cierto grado de riesgo para quien lo ejecuta y esporádicamente algún golpe se puede recibir, solo que Dios conduce el acto y, estando bien conectado con Él, uno cae pero de Él recibe fuerzas para levantarse otra vez, lo que también produce nuevos aprendizajes.

 

Si llego a mantener la conclusión de que el procedimiento es en sí es dañino, mi paso siguiente hubiera tenido que ser, entre otras cosas, retirar el texto que lo describe de los lugares en que está publicado, para no hacerme responsable de que un determinado número de personas saliera perjudicada al aplicarlo.

 

3º. Tratándose de espíritus negativos nada impediría tampoco que, por ejemplo, más adelante se le presentasen otros, incluso como comúnmente lo hacen: como maestros ascendidos, ángeles, espíritus guías, extraterrestres, ancestros, etc.

 

Lo habitual en tales casos es que un espíritu se le manifieste un día a la persona y le diga: «Soy...» y le ofrezca su ayuda. Esto se lo comenté más tarde a Manuel y me respondió que la misma noche en que tuvo el diálogo telepático con la supuesta María, ella también le dijo más tarde, ya durante el sueño: «A la hora del procedimiento tienes que llamar a…» y mencionó un nombre propio de otro espíritu femenino supuestamente elevado que no quiero mencionar aquí para que ningún lector se vea tentado a llamarlo.

 

Sobre esto también cabe decir que, hasta hoy, cada vez que he recibido a un paciente diciendo que tenía contacto con algún tipo de espíritu como los mencionados arriba se ha tratado invariablemente de entes malignos, y el exorcismo lo ha liberado de ellos. Suelen actuar sobre personas que por distintas causas tienen su chakra del tercer ojo excepcionalmente estimulado, porque así se pueden comunicar con ellas más fácilmente y dominarlas mejor (para quien no lo sepa aún, este es el responsable de la percepción extrasensorial). De hecho, también es frecuente que induzcan a la persona a realizar actividades esotéricas que estimulen la apertura de los chakras por el mismo motivo.

 

Si tras el exorcismo el paciente realiza bien las oraciones de autoprotección (ver: 8.4. Oraciones de ayuda y protección, Libro 1) y deja de invocarlos si lo estaba haciendo, normalmente no vuelve a ser asediado por este tipo de espíritus. Aquellas personas con la capacidad de verlos pueden probar a realizar, si lo desean, la siguiente oración: 8.4.9. Oración para ver la verdadera forma de un ente materializado, Libro 1.

 

Después de conversar nuevamente sobre el asunto con Manuel le practiqué un exorcismo y la voz no ha vuelto más, lo que confirma que no era un trastorno psiquiátrico ni algo de Dios.

 

Este es solo un ejemplo más de influencia espiritual entre otros, pero he querido estudiarlo aquí con detalle porque me parece que ilustra bien el comportamiento más recurrente de los entes malignos que se manifiestan bajo formas supuestamente benignas:

 

- Manipulación emocional de la víctima con objetivos destructivos de medio, corto o largo plazo.

- Estimulación de la percepción extransensorial del individuo (recordando que a Manuel le estimularon la actividad del tercer ojo para hacer posible el diálogo telepático y a mí el de la cima de la cabeza para seducirme).

- Seducción de la persona a través de elementos como la manifestación «milagrosa», la propuesta de una misión o hacerle creer que es alguien superior o especial, un «elegido».

 

Nota: Para respetar la privacidad de la persona mencionada en este estudio, se ha utilizado un nombre ficticio.

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