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6. Los ángeles

 

Los ángeles o seres angélicos son seres espirituales no humanos, benéficos, y que cumplen diversas funciones al servicio de Dios, como el caso del ángel de la guarda. 

 

Son seres de luz sutilísimos y purísimos, y normalmente no bajan a nuestro plano denso, hoy más que nunca cargado de una gran cantidad de energías negativas, sino que cuando es necesario que nos ayuden lo hacen enviándonos energía desde los planos elevados, inspirándonos a través de sueños o intuiciones para resolver los problemas específicos que necesiten de su ayuda, aumentando nuestra energía vital, infundiéndonos coraje, avisando sobre peligros, dándonos esperanza, etc. O si bajan, lo hacen muy momentáneamente, pues cuando están en nuestro plano se sienten mal. Para ellos, estar en él representa un sacrificio, que realizan apenas por amor a nosotros. 

 

No hace falta ningún tipo de ritual sofisticado para llamarlos, basta con dirigirse a ellos como se haría con un amigo o, si se quiere, recomendaría personalmente cualquiera de las oraciones de la tradición cristiana. 

A los que son verdaderos tampoco les es necesario en absoluto la realización de milagros ni de exhibiciones ostentosas, como puedan ser las materializaciones espirituales. Entre otros motivos, porque ello también podría causar trastornos psíquicos de diversa índole en la persona que los viera, como el excitar sentimientos de vanidad (haciéndola creer que es una “elegida”), que se les confunda con delirios o, aún peor, facilitar la acción de espíritus perversos cuya estrategia para hacer daño es mostrarse con apariencia angélica. 

 

Son muy raros los casos en los que se dejan ver, y normalmente lo hacen ante personas con algún tipo de don de discernimiento de espíritus muy especial (la mayoría de personas que tiene ese don tampoco consigue verlos) o bajo circunstancias también muy especiales que lo hagan necesario.

 

La persona creyente es orientada y nutrida continuamente, aunque es necesario adoptar siempre una postura crítica, hacer siempre un ejercicio de discernimiento para ver de dónde viene la información recibida. Si la información realmente viene de los planos elevados, los seres angélicos se encargarán de mostrárnoslo con pruebas fehacientes e inequívocas.

 

Por cierto, quisiera también reforzar que el ser humano no tiene ningún tipo de control sobre ellos. Cuando nos ayudan es solo con el permiso de Dios y, como ya he dicho, a causa de su amor a nosotros. 

 

Existe toda una tradición de oraciones y rituales mágicos que tienen la pretensión de, literalmente, obligarlos a servirnos y obedecernos.

 

Desde aquí ya le anticipo que si realiza usted alguna de ellas y se da algún tipo de manifestación sobrenatural, lo que habrá usted llamado no serán espíritus de Dios, sino todo lo contrario. Serán seres espirituales negativos, normalmente habilísimos para hacerle creer a usted que son ángeles.

Ir a: 7. Algunas de las formas de acción más usuales de los espíritus negativos

 

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