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EXORCISMO, UN MUNDO DE TINIEBLAS Y SUEÑO DE LOCURA Y MUERTE, DE JORDI MORA URIS Y FRANCISCO CAUDET.

UN COMENTARIO DE ISIDRO JORDÁ

Resulta curioso —e incluso pienso que no le falta un cierto humor— que un libro cuyo título incluye el lema “un mundo de tinieblas y sueño de locura y muerte” tenga tanta capacidad potencial para traer a este mundo luz, realidad, cordura y vida.

 

La repercusión del trabajo del exorcista laico español Jordi Mora Uris sobre los medios de comunicación (una breve presencia en la televisión y la prensa, un libro de modesta edición ya descatalogado...) es insignificante comparada con su importancia real.

 

En términos generales tenemos un texto que confirma de manera empírica que Dios está, que es amoroso, benigno, y que no hay fuerza superior a Él. Y ya ciñéndonos al tema “exorcismo” hay que decir que ofrece, si no me equivoco, los primeros casos documentados en que el ser humano y los seres angélicos cooperan mano a mano, no de manera simbólica sino a la práctica, para encaminar las almas perdidas a Dios.

 

En vida Jordi Mora no le puso nombre a su procedimiento, esto es algo que me he permitido hacer yo porque me ha parecido útil a la hora de divulgarlo.

 

Así, lo he llamado “exorcismo por encaminamiento angélico” teniendo presente que su principal particularidad consiste en que mediante él una persona captura seres espirituales negativos que perturban a otra para ponerlos en manos de los ángeles, quienes están allá en el momento preciso para encaminarlos al lugar que de manera definitiva Dios les haya destinado. Esto tiene también otra implicación de máxima relevancia, y es que, a diferencia de otros sistemas de exorcismo, ningún espíritu exorcizado por esta vía puede volver nunca más a nuestro mundo para perturbar a nadie.

 

Y aún más, se nos da la revelación de que para hacer eso no hay que poseer un desarrollo espiritual extraordinario, pues conociendo el procedimiento cualquier ser humano con su capacidad de cometer actos nobles e innobles, pero con una fe y amor al prójimo fuertes lo puede ejecutar.

 

El rico repertorio de casos de exorcismos presente en la obra, así como la experiencia del resto de las miles de personas que en vida Jordi Mora exorcizó hacen imposible calificarlo como farsante o enfermo mental, quien quiera hacerlo habrá de realizar un esfuerzo enorme de negación de la realidad.

 

Y bien, el ser humano tiene la capacidad de depararse con una luz tan potente que penetre a través de sus párpados cerrados y aun así, en su mente, negar que existe la luz. Esto, en verdad, no deja de tener algo de bueno, pues confirma que el Señor respeta hasta las últimas consecuencias nuestro libre arbitrio.

 

El trabajo de Mora constituye también la base primera del Manual de protección contra espíritus.

 

Puedo decir que con relación a la tarea de defensa espiritual siento a Mora como a un padre y pongo a disposición su libro aquí porque considero necesario hacer todo lo posible para que su obra sea más reconocida en este mundo, aun teniendo la seguridad de que en el Cielo ya lo ha sido debidamente, pues la justicia de nuestro Creador, tanto para los malos como para los buenos, es siempre perfecta.

 

Sin más que decir, a quien tenga el coraje y la sed de Dios y de vida necesarios para leerlo, buena lectura.

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